El fútbol chileno vive una etapa de reconstrucción. Tras años marcados por una generación dorada —con figuras como Alexis Sánchez, Arturo Vidal y Claudio Bravo—, hoy la atención se centra en las nuevas promesas que buscan llevar a La Roja nuevamente a una Copa del Mundo.

Nombres como Darío Osorio, Lucas Assadi, Joan Cruz y Bruno Barticciotto se perfilan como referentes de una nueva camada que mezcla técnica, inteligencia táctica y ambición. Bajo la dirección técnica de Ricardo Gareca, Chile apunta a un estilo más moderno, ofensivo y de transición rápida, alejándose del juego conservador que caracterizó a las clasificatorias anteriores.

Además, las selecciones juveniles han empezado a mostrar señales positivas. El Sudamericano Sub-20 mostró a un equipo aguerrido, con buen pie y hambre de gloria. La ANFP ha redoblado esfuerzos en la formación de jóvenes talentos, creando convenios con clubes europeos y reforzando el área de captación en regiones.

En paralelo, el torneo local ha servido como plataforma para estos jóvenes, dándoles minutos valiosos. La clave estará en su maduración, experiencia internacional y liderazgo dentro del camarín. El camino al Mundial 2026 es largo, pero Chile se está preparando con convicción y frescura.